Accueil

Lo que me incita a escribirles es una tristeza del corazón, la tristeza de constatar que nuestros hijos son a menudos introducidos al mundo de la droga a pesar de ellos.

He consultado a una psiquiatra infantil de renombre con mi hijo de doce años. El motivo de la consulta se hallaba en una desmotivación y un desinterés en la escuela, manifestados por una falta de atención. Tras haberme dicho que mi hijo C… no se quedaba tranquilo en casa y se desconcentraba en clase, la psiquiatra infantil se dirigió directamente a C… Le declaro que en época de exámenes, solo tendría que tomar una pastilla, un medicamento “maravilloso” que lo “despertaría” en caso de cansancio y que si se sentía desmotivado, esto lo motivaría y tendría energía y no se escaparía en sus sueños en ese momento.

 

Manifesté mi desaprobación, pero nada que hacer, en ese momento ya no se dirigía a mí. “Ese medicamento es milagroso”, dijo, “pero no tienes que comentárselo a tus amigos y menos compartirlo…” Cuando salimos de la consulta mi hijo me preguntó: “Mamá, es droga lo que me está proponiendo?” “Sí” contesté. “Mamá, no pienso tomar eso” “Por supuesto que no”.

Mi hijo estaba aliviado y a la vez muy preocupado por esa actitud. Me preguntó si algunos niños aceptaban. Le respondí, sí, así es como muchos inocentes caen en la trampa de la droga. “Felicitaciones hijo mío, tienes los pies en la tierra, a diferencia de lo que pensaba esa mujer médica. Por suerte no reaccionaste rápido frente a lo que te acaban de proponer.” ¿Mi reacción? Si el hijo no presta atención en clase, se puede quedar colgado con una Ritalina y un tranquilizante: lo que le habían prescrito a mi hijo. Me permito señalar este hecho porque soy médica y sé que muchas veces nos sentimos desarmados. Noto que demasiados niños se “curan” con tranquilizantes que sólo tranquilizan al médico. Recordemos el motivo de la consulta: desmotivación y desinterés en el colegio manifestado por una falta de atención. La conducta terapéutica que proponen es el metilfenidato clorhidrato. Aunque sea un psicoestimulante, es un estupefaciente. ¡Es decir que proviene del mismo mundo farmacológico que ciertas drogas! ¡Es una anfetamina como el éxtasis!!! Y esas terapias desmotivan, dañan la personalidad…

Es una médica con un corazón de mama que quiere advertirles sobre ese peligro. La Ritalina es a menudo la que domina los “tratamientos” de los niños hiperactivos, precoces o que molestan. En los Estados Unidos se desconfía más de esa prescripción. No permitamos que nuestros hijos tomen tranquilizantes, dopantes por tal o tal circunstancia. Si estamos deprimidos, cansados ¿No existe otra solución para vencer esos síntomas? ¿Nos estamos convirtiendo en los nuevos esclavos de toda una terapia feudal que nos inhibe, que nos impide comunicar y nos hace perder la dignidad?

 

donacion

Formar a tus hijos