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 Tenemos la suerte de tener cinco nietas en buena salud. Hace dos años, nos hemos enterado por Guillaume, que tiene diecisiete años, que su prima de quince fumaba cannabis regularmente. En vez de taparnos los ojos, mi esposo que siempre ha sido el consejero de la familia, se enfrentó al problema. Fue a formarse a Infancia Sin Droga e informó a toda la familia.

Primero de forma individual con cada uno de nuestros nietos, hijos, nueras y yernos, luego en grupo, hemos sido detalladamente informados sobre la droga. No solamente nuestra nieta dejó de consumir, sino que ayuda a sus amigas a involucrarse en otra cosa. Creo que mi testimonio puede ayudar a otros abuelos a entrar en acción, el primer paso es lo que más cuesta, luego las cosas siguen su curso.